Los remedios más curiosos para hacer crecer el pelo [2ª parte]

Lo prometido es deuda. Ya te hablamos la semana pasada de algunas de las recetas más estrambóticas para curar la calvicie y hoy queremos continuar con nuestro repaso particular sobre todos esos remedios milagrosos que prometen hacer crecer el pelo…pero que no funcionan.

Así que, prepárate un buen café, disfruta de este post y recuerda, lo mejor, si notas que te estás quedando sin pelo es coger tu HeadBlade y raparte al cero. Sí, puede que la primera vez no estés del todo convencido, pero te aseguramos que una vez lo pruebes, no querrás gastarte ni un solo euro en tratamientos para frenar la caída del cabello. Ni oxigenoterapia, ni trasplantes, ni ungüentos variados.

¡Vamos a por esos remedios para hacer crecer el pelo… que no funcionan!

Algunos de los tratamientos utilizados en todo el mundo para hacer crecer el pelo

Si leíste el post de la semana pasada, recordarás que hablamos de Hipócrates y sus recetas a base de heces de pichón, ortigas, comino y rábano picante, el terrible sufrimiento de Julio César porque no conseguía frenar la caída del cabello o los remedios de los vikingos, que utilizaban estiércol de ganso. Pues bien, ahora vamos a avanzar un poco más en el tiempo y viajaremos por China o la Edad Media porque en cada uno de esos momentos, la calvicie también era un tema que preocupaba a más de uno y se inventaron todo tipo de tratamientos para volver a hacer crecer el pelo.

La China del siglo VIII

China tampoco se libra de los remedios para evitar la pérdida del pelo. Así, en la Enciclopedia del Cabello recomendaban mezclar romero, hierbas, aceite de cártamo y testículos de animales machacados.

De la parte de los testículos preferimos no opinar, pero ¿sabías que el aceite de cártamo todavía se usa hoy en día para intentar combatir la calvicie?

Los nativos americanos y sus remedios

Existen diversos estudios que demuestran que la alopecia androgenética es más común en la raza caucásica y que tiene una menor incidencia en hombres chinos, japoneses y en los indios americanos.

Sin embargo, eso no significa que no la sufran. De hecho, una de las recetas utilizadas por algunas tribus de nativos americanos consistía en crear un cataplasma de estiércol de pollo o vaca y aplicarlo con ganas en el cuero cabelludo.

La Edad Media y la aparición de los tónicos crecepelos

¡Llegamos a la Edad Media! Sin duda, una época muy fructífera en cuanto a tratamientos para evitar y curar la caída del cabello.

En el medievo estaba muy de moda llevar el pelo largo, todo un símbolo de fuerza y virilidad. Además, se había hecho muy famosa la historia de Rapunzel, con lo que todos estaban como locos por lucir una melena frondosa. Imagínate el sufrimiento de levantarte un día y ver cómo empieza a clarear tu coronilla o cómo las entradas se apoderan de tu cabeza…

Pues bien, en este contexto nace el gremio de barberos que tanto valían para recortar el vello facial como para peinarte o por qué no, sacarte una muela y, ya que estamos, venderte un tónico milagroso para devolver a la vida tu cabello.

¿Quieres saber una de sus recetas premium más socorridas? Atento, porque no tiene desperdicio: tostar unas pocas sanguijuelas hasta convertirlas en polvo, disolverlas en agua hirviendo, dejar enfriar y repartirlo por la zona a tratar.

El invento milagroso de 1923: Thermocap

En la época moderna también encontramos multitud de inventos para hacer crecer el pelo. Uno de los más curiosos y que más éxito tuvo fue el Thermocap.

Este producto era muy parecido a los secadores que existen hoy en día en los salones de belleza. Las instrucciones de uso del Thermocap eran claras: debía meterse la cabeza debajo durante 15 minutos al día. Con el calor, los folículos pilosos despertaban de su letargo y el cabello comenzaba a crecer de nuevo.

Pero esto no es todo, tal fue el boom de este aparato, que poco tiempo después apareció el Xervac, que succionaba la parte superior de la cabeza para hacer salir a los pelos más tímidos.

¿Leche de murciélago?

Lo cierto es que son muchas las recetas creadas para hacer crecer el pelo de nuevo. De hecho, en 1988, The Sun publicó una noticia que prometía una cura contra la calvicie descubierta por un granjero suizo: leche de murciélago. ¡Así de simple! Sin necesidad de que te aspiren la cabeza, sin tener que tostar sanguijuelas, sin moler testículos de ningún animal… Ahora bien, una onza costaba 3.500 $.

Sí, la historia está llena de recetas, pócimas, aparatos y ungüentos de todo tipo para intentar paliar la calvicie, pero lo cierto es que desde HeadBlade creemos que lo mejor es aceptarse tal y como uno es. Así que, ni se te ocurra comprar leche de murciélago o preparar alguna de las recetas aquí mencionadas y opta por coger tu Moto o tu ATX para lucir con orgullo tu calva.

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