Fases por las que pasa un calvo antes de la aceptación

Hay cinco fases por las que pasa un calvo antes de entender que su pelo no va a volver.

Tanto si te acabas de dar cuenta de que tu melena ya no es la misma como si estás orgulloso de tu calvicie y la llevas con estilo y dignidad, lo cierto es que todos los comienzos son parecidos. Por alguna razón nos da miedo perder el cabello y es muy probable que hayas pasado por distintas fases antes de aceptar tu nueva situación y sentirte la persona más afortunada del mundo.

Ya sea para ponerte nostálgico o para ayudarte si aún estás en medio del proceso, nosotros quisimos recopilar las cinco fases por las que pasa un calvo antes de la aceptación. Si estás en las primeras podrás ver cómo irá evolucionando tu cabello y tu personalidad y si ya has llegado a la última, enhorabuena, las has superado con éxito.

Por supuesto, cada persona es diferente y es posible que tú lo hayas vivido de otra manera.

Cinco fases por las que pasa un calvo

Existen, al menos, cinco fases por las que pasa un calvo antes de aceptar que su pelo no va a volver. Hemos querido recopilarlas todas y mostrarte lo que está por venir si aún te encuentras en las primeras etapas. ¿Preparado?

Primera fase: negación o “el pelo que hay en el cepillo no es mío”

Nos ocurre a todos. Da igual si tienes 20 años que 40 o 50. Se trata del momento en el que ves más pelo de lo normal en el cepillo que usas habitualmente para peinarte. Al principio, como es lógico, no le das apenas importancia y niegas rotundamente cualquier escenario que incluya que te estás quedando calvo. Te dices frases como: “Ese pelo no es mío” o “lo que ocurre es que hay épocas del año en las que el cabello se cae más de lo normal”.

Serán unos días o unos meses de feliz ignorancia antes de pasar a la siguiente etapa.

Segunda fase: obsesión o “hay 15 pelos en la almohada y 32,5 en el cepillo”

Una sombra comienza a invadir tus pensamientos y, de repente, empiezas a fijarte en el pelo que dejas en la almohada, en el sofá, en el baño… te miras al espejo constantemente, consciente de que se empiezan a notar las primeras entradas y entras en pánico.

Vas por la calle observando melenas al viento sin parar, maldiciendo tu suerte y deteniéndote en cada escaparate para ver el reflejo de la cruda realidad, esas entradas que no desaparecen.

Aunque siempre has conocido a tu padre y tu abuelo sin pelo, no pensabas que te iba a ocurrir a ti. No supieron advertirte de que, en la mayor parte de los casos, se trata de un legado familiar que te acompaña desde que naces y ahora, te toca adaptarte a la nueva situación.

Tercera fase: búsqueda de productos milagrosos o “este producto anticaída es la solución a todos mis problemas”

Consciente de lo que se te viene encima, quieres ponerle remedio cuanto antes y, mientras ves fotografías de la larga melena que lucías en tu juventud, comienzas a buscar productos capilares que te prometen volver a disfrutar de un pelo vigoroso.

Entras en foros para intentar encontrar a alguien que haya estado en la misma situación que tú y les pides consejo, navegas por Internet en páginas donde venden vitaminas u otros tratamientos para frenar la caída del cabello y te haces con ellos… pero la cosa no mejora. Además de tener entradas, cada vez son más y más evidentes.

Cuarta fase: sorpresa o “esto no me puede estar pasando a mí”

Estás a un paso de la aceptación, pero todavía no eres capaz de pasar página.

En los casos más graves, puede incluso que decidas “disimular” tu incipiente calvicie con peinados imposibles y vives con miedo a que una ráfaga de viento devuelva tu cabello a su forma original.

Si te encuentras en esta etapa te recordamos que cuanto antes la pases, antes volverás a ser feliz.

Quinta fase: aceptación o “trae aquí esa HeadBlade”

Esta es, de todas las fases por las que pasa un calvo, la más placentera. Es ese momento en el que te miras al espejo y piensas: “Sí, soy calvo, ¿y qué?”

Por fin te das cuenta de que no pasa nada por no tener pelo y aceptas tu nueva condición por completo, coges tu cuchilla HeadBlade y acabas con el cabello que te queda. ¡Porque no hay nada de malo en ser calvo!

Ya no tendrás que volver a preocuparte de las ráfagas de viento, de peinarte, de contar el cabello que hay en el cepillo, dejarás también de gastar dinero en las vitaminas anticaída y lucirás con orgullo tu calva.

A nosotros nos encantan las cabezas sin pelo y como a nosotros, a muchas más personas. ¡Bienvenido al club y disfruta de esta nueva etapa de tu vida!

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