Acaba con los puntos negros de una vez por todas

Eliminar los puntos negros es posible, pero debes seguir una rutina de cuidados faciales

Da igual lo que hagas. Parece que los puntos negros siempre están ahí para dar contigo la bienvenida a un nuevo día, un buen fin de semana o unas vacaciones en familia. ¿No sabes ya qué hacer para que desaparezcan de tu nariz o de tu cara? Tranquilo, hoy te traemos varios consejos para que puedas decirles adiós para siempre.

Antes de nada, ¿qué son los puntos negros?

Los puntos negros son obstrucciones en los poros de la piel que aparecen por la producción sebácea, sobre todo en las zonas de la cara más grasas como la nariz, el mentón y la zona de la frente.

La contaminación, el polvo o el exceso de sebo, así como el estrés o una mala dieta son los factores que influyen en la formación de los puntos negros. Con una buena limpieza de la piel y un cambio de hábitos conseguirás que se vayan para siempre.

Acabar con los puntos negros es posible…

… pero vas a necesitar una buena rutina de cuidados y esmero. Si los únicos cuidados que llevabas a cabo hasta ahora consistían en apretarlos con rabia entre tus dedos, te avisamos de que seguirán conviviendo contigo durante mucho tiempo.

Para deshacerse de los puntos negros harán falta otro tipo de técnicas, entre las que se encuentran un buen exfoliante, cremas hidratantes para el rostro o mascarillas faciales. ¡Empezamos!

Elimina los puntos negros en tres pasos:

Hace un tiempo, compartimos un post en el que hablábamos sobre los productos ideales que todo hombre debía utilizar en su rutina diaria. Eso ya de por sí, debería disminuir la aparición de puntos negros, pero si ves que se resisten a abandonar tu rostro, lo mejor es que combines esos hábitos diarios, con estos tres pasos que te explicamos a continuación, ya que a veces, es necesario incidir un poco más en ciertos aspectos como la regulación del sebo.

Paso 1: Exfoliante

Lo primero que tienes que hacer para evitar que tu cara se llene de puntos negros es aplicarte por las noches un exfoliante específico para tratar este tipo de impurezas.

¿Por qué por las noches? Porque después del tratamiento, la piel va a quedar mucho más sensible y expuesta y hay que darle tiempo a que se recupere. Si lo haces por la mañana y después sales a la calle, corres el riesgo de sufrir irritaciones o de que te salgan manchas en la piel por la exposición al sol.

Eso sí, recuerda que si te vas a afeitar después, el exfoliante debes aplicarlo antes, porque después la piel va a estar mucho más sensible.

Después del exfoliante, aclara con abundante agua, seca tu cara con una toalla suave y aplícate una crema hidratante con retinol, para devolver tu piel a su estado original.

Paso 2: Crema hidratante

Al día siguiente, en cuanto te levantes y te laves la cara, es hora de utilizar una crema hidratante especialmente diseñada para el rostro. De esta forma, le estarás dando la nutrición y la elasticidad que necesita. Eso sin contar que también actuará como escudo ante las agresiones externas a las que se ve sometida durante todo el día (como el sol, el viento, la contaminación…).

Paso 3: Mascarillas faciales

Además de los dos pasos anteriores, otro de los tratamientos que puedes llevar a cabo para librarte de los puntos negros es utilizar una mascarilla facial para un cuidado extra y limpiar los poros en profundidad.

Estas mascarillas debes utilizarlas después de tu limpieza facial y antes de ducharte.

Otras recomendaciones para evitar la aparición de puntos negros

Tal y como dijimos antes, una buena parte del problema de los puntos negros, se encuentra también en el estilo de vida que llevamos: prisas, estrés, comida rápida…

Por eso, para reducir la aparición de los puntos negros es importante que lleves una dieta saludable, que reduzcas la ingesta de azúcares y grasa y que reduzcas el estrés de tu día a día. Sabemos que cambiar los hábitos es una de las tareas más complicadas que existen, por eso no debes obsesionarte con hacerlo todo de un día para otro.

Prueba a modificar rutinas poco a poco, por ejemplo, incluir un nuevo cambio cada semana y dejar que tanto tu cuerpo como tu mente se vayan acostumbrando. Si tu dieta no es la más sana, prueba a incluir un día a la semana pescado y en pequeñas dosis, vete incluyendo en tus platos más verduras, frutas, ensaladas… en detrimento de aquellas que tengan una dosis más alta de azúcares o grasas saturadas.

También es recomendable que bebas mucha agua, porque además de hidratarte, va a ayudar a que sea el propio organismo el que elimine las impurezas y las toxinas que se acumulen en él.

Por último, si notas que el estrés domina tu vida, puedes dedicar cinco o diez minutos al día a meditar, salir a dar un paseo o cualquier otra actividad que te distraiga de los problemas diarios y te ayude a desconectar.

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